jueves, 3 de diciembre de 2015

LOS ESPACIOS DE OCIO

EL TEATRO

Alcanzó un gran auge la comedia a raíz de la progresiva influencia cultural griega que se produjo a partir del siglo III a. Los autores romanos copiaban y adaptaban las obras de los griegos, los arquitectos copiaban y adaptaban el tipo de recinto teatral que se utilizaba en las ciudades griegas.
El teatro romano constaba esencialmente de una grada semicircular escalonada, la cavea, que rodeaba el espacio teatral, la orchestra; ante la cavea, había una plataforma hecha de obra, llamada scaena (escenario), que estaba cerrada por un muro elevado, el frons scaenae; (imitaba la fachada de un palacio y podía tener varios pisos). Había tres puertas, por las que entraban y salían los actores, y estaba adornado con estatuas, frisos, nichos, guirnaldas y otros elementos ornamentales.

En Roma, el primer teatro de estas características no se construyó hasta el siglo I a. En la época del Imperio se edificaron más y también proliferaron en las provincias. En España hay restos de unos veinte teatros romanos; entre estos teatros destacan los de Mérida, Sagunto, Itálica y Segóbriga.





EL ANFITEATRO

El primer anfiteatro que se construyó en Roma, en tiempos de César, fue de madera.
Se trataba de un recinto elíptico formado por dos teatros unidos por la orchestra. El invento tuvo tanta aceptación que, a partir de Augusto, se construyeron varios anfiteatros de piedra. El más famoso fue el llamado Coliseo, edificado en la época de Trajano, con capacidad para unos 45.000 espectadores.
Los anfiteatros, construidos con las mismas técnicas arquitectónicas y la misma decoración que los teatros, constituyen una edificación típicamente romana, que ha sobrevivido en nuestros estadios, campos de fútbol y plazas de toros actuales. El espacio elíptico resultante al centro es la arena, donde tienen lugar las popularísimas y sangrientas luchas de gladiadores; también se podía habilitar para representar batallas navales (naumachiae) o cacerías de fieras exóticas (venationes), e incluso era el escenario habitual de las ejecuciones de los condenados a muerte.
En la Península Ibérica destacan los anfiteatros de Mérida, Itálica, Tarragona y Segóbriga.




EL CIRCO

El circo era el recinto en el que se celebraban las carreras de carros (llamadas cuadrigas, si eran de cuatro caballos, y vigas, si eran de dos). Este era el espectáculo deportivo preferido por los romanos. Los nombres de los mejores aurigas, incluso los mejores caballos, han quedado escritos para la posteridad en mosaicos e inscripciones. El recinto estaba inspirado en el estadio y en el hipódromo de los griegos: se trataba de un espacio rectangular alargado, con uno de los lados menores algo redondeado; en el centro de este espacio había un muro muy largo, llamado spina, alrededor del cual los carros hacían vueltas. El circo más grandioso de los que se edificaron en Roma fue el Circo Máximo, en el valle que había entre las colinas del Aventino y del Palatino; tenía capacidad para 150.000 espectadores. En España, lo que se ha conservado mejor es el de Mérida.




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